martes, junio 06, 2006

Yo y mi bendita boca de profeta

El sabadito nuestros "grandes Amigos" del sexo masculino nos abandonaron.

Servando y Gil se largaron a su rancho, gracias por avisar!!!.
Toño disque con unos "primos", asi se le dice ahora adrivinen a quien.
Pedro brilló por su ausencia, ese siempre quiere que lo busquen, que te busque quien te quiera!!!
Vicky en su ranchito, como es costumbre por una pequeña responsabilidad que tiene.
Ale, en su casa supongo, a esa hay que hablarle una semana antes pa´ que mande la carta solicitando un permiso.

Así que la Mana y Yo nos propusimos pasar una buena noche sin ellos.

Fuimos a calmar la tripa primero a casa de mi tío que tenía fiesta, pa luego ir a checar nuestra tarjeta de cliente frecuente en el Quijote.

Llegamos y todavía era muy temprano por lo que no había mucha gente, la rutina es ir a dar la vuelta al otro quijote pero quien sabe por qué, como siempre no nos encontramos a nadie interesante.
Regresamos al Quijotillo y nos sentamos a observar los prospectos que iban entrando al lugar para ver si llegaban los principes de la semana pasada.

Poco a poco se empezó a aglomerar la gente, mientras la Mana y Yo platicábamos sobre los gordos, viboreabamos gente, y de casualidad dimos con el tema "David y Rosa Muerdelamano", y le comenté a la Mana que tenía curiosidad por saber a dónde iban si es que algún día salían porque esa es doloritos y siempre se siente mal o no le dan permiso de salir (¡¡Guah!!).
Nomás aqui que de rato veo el chongo despeinado con la misma blusa del viernes de escuela, y la reconozco pero como no es Rosa Muerdelamano le dije a la Mana y rápido me escondí.
Quería llorar pero del coraje, ahora si le queda "Piiiiiinnnnncheee Rosa" que queriendo y no y con faltas de ortografía su nombre forma la palabra "Zorra", al menos fonológicamente.

Su cara de nefasta, su atuendo nefasto, su actitud nefasta. Ah pero el muchacho, aunque fodongo, no pierde su porte de chico guapo.
La Mana como toda buena amiga que es los siguió para ver si se iban, de lo contrario nos iríamos nosotros. Mientras yo, de esas veces que una tiene que hacerse pendeja con el último recurso: el celular.
Vuelve la Mana y dice que estaban afuera y no se iban y, aparte, la vieron. Fuimos a averiguar que pasaba porque yo me sentía realmente mal de ver cómo la tipa no deslumbraba la felicidad que me pertenecía y me arrebató.

Entraron y nosotros salimos por el otro extremo, frustradas por no saber a dónde ibamos. En el camino, mientras decidíamos a donde ibamos, insultábamos a Rosa Muerdelamano como una especie de intervencion en crisis o catarsis.

Pasamos por la calle de la fiesta eterna y no había "nadie" interesante (dijo la Mana), luego por casa de Gil a ver si ya había llegado Servando porque no sabíamos que se largaron juntos, y justo iba a dar media vuelta para evitarme la pena de pasar por la siguiente calle y darme cuenta de que el innombrable no estaba en su casa cuando la Mana me convenció de pasar.
Su coche estaba afuera, lo cual nos pareció muy raro a esas horas. Esto solo podìa significar dos cosas, una que estaba con la innombrable y que la iba a ir a dejar, otra que tuviera pensado salir mas tarde (conmigo probablemente).
La Mana y Yo decidimos hacerla de espías en un lugar que nos quedó a la perfección para darnos cuenta de lo que nos intrigaba sin ser vistas.
En ese tiempo platicamos, platicamos y platicamos; pasó una hora y no sucedía nada, nos hartamos y nos fuimos. De regreso de casa de la Mana le llamé dos veces y no me contestó, lleguè a mi casa, me vestí para dormir, me lavé la cara, los dientes; muy lentamente para hacer tiempo a que el susodicho se reportara, pero no dió señales.
En fin me dormí y, exactamente una hora después, suena mi celular. Era él platicamos un rato en lo que me dijo que su mamá se había dado cuenta de que salió el Lunes, y lo peor, se dió cuenta de que andaba conmigo, porque la señora, a pesar de que hace años que yo no hablaba a su casa, es una agenda y recuerda todos y cada uno de los números telefónicos (ahora sé de quien lo heredó).
Insinuó qu quería que nos vieramos otra vez pero que debido al pequeño incidente, ese día, no se podía.
Yo le dije que no podría volver a hablar a su casa porque moriria de vergûenza con su mamá, la señora es linda y me quiere o, me queria; pero él dijo que no dejara de hablarle, que trastocó un poco la historia para que ninguna de nuestras reputaciones se viera afectada; porque realmente el Lunes-Martes no pasó nada, y no porque él no quisiera, es mas ni porque yo no quisiera sino porque vencí mi necesidad de una besanga.
Esto no quiere decir que ya no la necesite pero no va a ser cuando él quiera sino cuando yo decida.
Aunque la pasé muy mal por haber visto a la Muerdelamano y habernos arruinado la noche, me divertí y cómo no si de otra manera no hubiese tenido algo que postear.

1 comentario:

Vicky ZR dijo...

Exactamente amiga. La felicidad te pertenecía y ella fríamente te la arrebató.

Pero existe algo que se llama Karma (aquí si aplica, no como el sonso de gil)