El ranchito que quiere ser ciudad

El sabado vino mi amiga Yolis a dejarme un croquis para su fiesta, lo genial era que ya teníamos a donde ir, lo que no nos imaginábamos era que el lugar de la fiesta ni la fiesta serían lo mejor a lo que nos enfrentaríamos. Desde que llegamos el lugar, por fuera, no se veía del todo bien; pero quisimos creer que podría ser una palapa de "Lolo" cualquiera que por fuera no era la gran cosa pero por dentro era todo un edén. Para nuestra sorpresa no fué así, para empezar el lugar no tenía la mas mínima cantidad de luz, por lo que no pude distinguir ni siquiera a Yolis (la cumpleañera) hasta que ella me habló. Estaba emocionada porque volvería a ver a mis amigos de los maravillosos años secundarianos y preparatorianos, pero al llegar me di cuenta de que nadie de ellos había llegado y, como el lugar no era nada agradable, esperaríamos a Ale y a Toño para recurrir a otra opción. Pues cuando llegó Ale llegaron dos de mis amigas, me dió mucho gusto verlas, aunque me dí cuenta de que los años no pasan en balde; han y he cambiado mucho, ya no pensamos igual, ya no platicamos igual pero si nos dió un gran gusto el volvernos a ver después de tanto tiempo. Llegó Toño, pero en vez de irnos, nos sentamos en una mesa de jardín que nos encontramos sola y con un pequeño plato de carne asada en el centro. Quién sabe cómo pero la carne se acabó en cuestión de segundos, platicábamos y bebíamos hasta que mi estimada y querida amiga Alejandrita comenzó con su estado de necedad que a veces la caracteriza, y nos fuimos del lugar sin siquiera despedirnos de alguien. Como Ale andaba de guía de turistas con sus primos, fuimos a presentarles nuestro lugar, anteriormente, favorito: El Quijote, pero como ya es costumbre estaba casi solo y el ambiente mas aburrido que cuando voy a práticas a las 3 de la tarde con un calor de 34ºC y mi sistema parasimpático en su apogeo. Nos fuimos disque a la Valentina, Toño decía que era una salsota grandotota pero no, es un antro que, si no fuera porque hay tantisima gente y muy poco espacio con muy poca ventilación, sería un buen lugar para ir a bailar y tomarse unas cuantas cheves con los amigos; de lo contrario, que así fué, nos largaríamos a otro lugar. Y sin querer queriendo nos fuimos al OK Habanna, si señores un muy buen lugar para bailar al ritmo salsero del grupo en vivo que, hasta ahorita, no sé como se llama y me declaro su fan numero 1. Ale y Pedro se quedaron marcando pasos en la Valentina y luego nos alcanzaron, el primo de Ale me tuvo miedo y no quiso bailar conmigo :( pero Toño, que sabe lo que valgo bailando, se aventó a marcar unos cuantos pasos salseros. Lo divertido de la noche fué que Toño bailaba al ritmo de la música de una manera muy sensual, diría yo que hasta cachonda, con la Mana. Ale se fué unos minutos antes que nosostros y, a pesar de mi insistencia, no se quedaron ella y su primo, ¿Por qué? pues porque de lo contrario no se toparían con el bruto que los chocó y ellos no querrían perderse la aventura de ser chocados por un ebrio que, aparte de todo, resultó cobarde y se peló (o mejor dicho resultó vivo y se les peló). Al salir del antro los gordos iban detrás de mi y comenzaron a lanzarme piropos como los que hacen los albañiles en las esquinas a las mujeres decentes como yo, no sé si andarían ebrios o si de veras yo me vería muy bien pero hay que recordar que somos amiguitos y nada de andarse hechando un "amistoso" ni nada parecido.

Lo que si quedó bien claro es que Saltillo no es la ciudad de los mejores eventos ni de los mejores antros pero si la mejor de Coahuila.