jueves, noviembre 30, 2006

Algo sobre la envidia

Ayer, en el hospital, comenzó una discusión sobre esta pregunta: ¿Por qué hay gente tan envidiosa?.
Comenzamos primero agrediendo, diciendo que es gente a la que no´más le gusta chingarle la vida a los demás porque no está lo suficientemente conforme con la suya.
Luego, de casualidad en el periódico, me encontré un artículo que hablaba sobre el tema; y descubrimos que no estábamos tan errados en el asunto.
Llegamos a la conclusión de que la envidia es un sentimiento que solamente se da de un ser humano a otro ser humano, nunca se ha visto que alguien le tenga envidia a un objeto, a un coche por ejemplo; más bien se le tiene envidia a la persona que tiene ese coche.
La envidia se presenta en todo ser humano, es algo normal, un sentimiento que pone a prueba nuestras capacidades, que las reta para que sean mejores; los problemas vienen cuando la envidia no se utiliza como un medio para superarse a sí mismo sino para fregar la existencia de otros al no permitirles avanzar.
En muchos momentos de mi vida he volteado hacia otros lados, a mi alrededor a ver lo que los demás tienen y yo no, tanto material como personal y/o emocional, algo de lo que he observado realmente me hace sentir mal, a veces siento que nunca seré capaz de conseguir lo que quiero y los demás poseen pero también muchas otras veces la envidia es la que me ha ayudado a salir adelante, a excentar materias (aunque este semestre fueran muy pocas jaja), a forjar mi carácter, a ser más dura o más dulce en diferentes situaciones, en otras palabras, a luchar por lo que quiero, a veces no es fácil pero ¿qué cosas que valen la pena en la vida son fáciles?.
Hoy tuve este sentimiento, mis amigos y yo planeábamos un fin de semana en la lejanía de la sierra de Arteaga, no funcionó, algunos no contaban con suficiente presupuesto (Adri y Pedro), otros no consiguieron permiso (Ale), otros sus papás les dejarían encargos (la Mana), otros tendrían examen el Lunes (Luis Edgar y Pedro) y otros sus trabajos se lo impedirían (Toño), así que los únicos disponibles eramos Gil y yo y, obviamente, ese no era el plan.
Estuve conforme porque se me hacía demasiada belleza como para que se hiciera realidad; mis conflictos empezaron cuando el Dr. Daniel y el Dr. Federico comenzaron a hablar de sus planes para irse a una cabaña de su propiedad, precisamente a la sierra de Arteaga. Fué aquí cuando comenzaron a invadirme los porqués, me sentí incómoda pero luego pensé "algún día"...
Por cierto el Dr. Daniel regresó y regresó justamente al primer lugar donde lo ví, a trabajar a mis espaldas en la sala de urgencias del hospital. Ultimamente lo había notado mamoncito sobremanera, hoy dí con el punto; platicamos y los últimos 3 días ha estado de guardia toda la noche.
Hoy fué un muy buen día, me presumió que se fué a viajar por París y Venecia y que en realidad no descansó ni un momento, que no quería regresar, que se la había pasado muy bien, me acompañó con mis niños de cáncer y bromeamos con ellos y conmigo por supuesto, fuí el bufón aunque todos tuvimos nuestros 5 minutos; me alegró tanto que los niños estuvieran tan contentos, que a él se le olvidara su humor tan nefasto, que él y el Dr. Federico reconocieran mi labor como psicóloga en el hospital diciendo "haces mucho más que tu jefa y a ella le pagan (risas)", etc. También eso me da envidia, pero hago lo que me gusta.
Hoy quise pasar un rato agradable con el Licenciado pero sus compromisos entre colegas no lo nos lo permitieron, "si no es ahora será mañana".

1 comentario:

Vicky ZR dijo...

Yeah! Timbiriche!!!