miércoles, agosto 09, 2006

Acostumbrados a salirse con la suya

Ayer fue para mi un horrible día, me fui a la tiendita a trabajar porque mis papás estarían al pendiente de la salud de uno de sus mejores amigos.

Todo iba bien hasta que entra un señor muy amable y de la nada empezó a entablar conversación conmigo de su trabajo, su familia, etc. Yo pensé “necesita desahogarse” y a la primera persona que encontró fue a mi pues venga a escuchar al viejito. Luego que me dijo que trabajaba en la coca y que me iba a traer un balón, vasos y no se que tantas cosas mas de esas de promociones fallidas que hace la coca. Se me hizo raro pero dije bueno tal vez me lo merezco. Después de lloriquear un rato ahí conmigo dijo que lo habían parado porque tumbó, con el trailer, un cable de la luz y que los policías querían la famosa “mordida” para no hablarle a la luz y que le saliera mas caro pero no traía dinero y que si yo era tan amable de prestárselo porque el no traía dinero porque todavía no entregaba la carga y por lo tanto no le pagaban aun. Eso no me dio buena espina pero si, acepto tener un corazón débil (por eso me va como me va) y le di $140 pesos, me pareció buena persona pero resulto todo lo contrario, jamás volvió; lo peor fue que me le dio un buen bajón a mi presupuesto.

Me dio un coraje, me sentí tan estupida y ahora resulta que por querer ser una buena persona una resulta pendeja.

En fin, he llegado a la conclusión de que ojala le aproveche el dinero que me agandalló, sin embargo la frustración no se me quita.


Luego, ya en la tarde tuve una fuerte pelea con mi hermano, con golpes y todo. A lo que me dolió mucho escuchar a mi mamá decir que Dios quiera el año se pase pronto y me vaya lejos para que todos tengamos tranquilidad. Rompí en llanto, al pensar que, según ellos quien debe mostrar madurez, respeto, responsabilidad, prudencia, etc, etc, debía ser yo; pero, esto lo he venido mostrando desde que tengo uso de razón, porque como yo soy la mayor, yo soy la mujer y el era el chiquito y el niño se le permitía hacer y deshacer y a mi me toca componer lo que el descompone.

Según de mi se espera mas, a mi no se me permite equivocarme y tampoco se me ha permitido nunca estar fuera de la prudencia, por ello el día que explota mi capacidad de tolerar se me recrimina como si yo no fuera ser humano, como si no tuviera el “derecho” a equivocarme y a sacar la basura que llevo dentro la cual es mucha.

Pero tengo bien decidido de que si el niño de mi mamá no respeta nada ni a nadie, conmigo se va a topar y va a tener que aprender a respetarme y a respetar lo mío aunque le cueste y aunque me cueste a mi.

Yo también espero que este año se pase rápido y que Dios me ayude para lograr mis objetivos y así, según mi mamá, todos estaremos satisfechos.

1 comentario:

Vicky ZR dijo...

Sí sí sí, una cosa es tener corazón de pollo y otra ser pendeja. Usté lo sabe, pecó de lo segundo. Amiga, eres psicóloga, tienes que aprender a no doblar las manos!!! 'Che madre, esta vida que nos enseña las cosas a madrazos...

Yo no quiero que te vayas pincheeeeee!!!!! De verdad estaba ilusionada con eso de vivir juntas cuando egresáramos =( Ya me puse triste otra vez... Te veo mañana!!