jueves, marzo 29, 2007

Entre martinis y nuevas amistades


Comienzo narrando una muy buena noche en el renovado Carlos´n Charles; una fiesta de la escuela de abogados a la que fui invitada por Polo un nuevo amigo que parece ser buen tipo.

Empezando con las atenciones de nuestro anfitrión al permitirnos pasar “de a grapa” jeje y al llegar nosotros (Vicky y yo) ya había una mesa reservada para nosotras y otros amigos de Vicky; continuamos con las bebidas, probé dos deliciosos martinis que ya se han convertido en mi nueva bebida favorita, no se cuando pueda volver a probar uno de esos porque hasta donde se son un tanto cariñosos, un huracán que también al igual que las cervezas fueron patrocinados por el mismo; increíble, pero todo esto no provocó mucho cambio en mi ya que desde que comenzó el grupo a tocar, después de la divertidísima presentación de los candidatos a reyes, mi amiga y yo ni tardas ni perezosas nos levantamos a agitar nuestros cuerpos y nuestras cabelleras como ya es costumbre.

Nos encontramos a mucha gente conocida, gente a la que pude saludar con mucho gusto y otros a los que solo divisé y, aunque me dio mucho gusto verlos, no pude saludarlos porque nunca estuvimos a menos de 10 m de distancia.

Algunas miradas se volcaron por un tiempo en mi, con mis dotes de psicóloga y un poco de mi valemadrismo logré apartarlas y todo transcurrió con normalidad.

La gente que conocí me pareció gente interesante y divertida sobremanera, de esa gente a la que pronto se le agarra confianza y daría gusto encontrárselos luego.

Mis sentimientos de minusvalía e impotencia se disiparon, existen lindas personas que se encargan de que ello suceda, aunque luego estos sentimientos se esmeren por emerger nuevamente.

Que probablemente invadí espacios? Tal vez, que muy probablemente incomodé? Si muy probablemente lo hice aunque mi intención no fuera esa; hay gente que estoy conociendo y que me estoy encontrando, esa gente desea convivir conmigo y conocerme y por supuesto yo a ella, el destino es el culpable de que los rumbos y caminos se crucen...

Si estoy dolida, estoy lastimada, estoy triste y tal vez algo decepcionada; también enojada, muy enojada conmigo misma. Sospecho, con esperanza a equivocarme, que se debe a que me descubrí engañada, a que descubrí una realidad que me estuve esmerando por disimular a toparme con el lugar que verdaderamente tengo y no con el que hubiese pensado o querido tener.

“Tu ya lo sabías” me dijo alguien, si, estoy de acuerdo, muy inconscientemente lo sabía pero era de esas situaciones que una prefiere evadir, esconder, sacarle la vuelta para que precisamente no causen conflicto emocional; fue como chocar intempestivamente con algo que, aún sabiéndolo, me estaba ocultando a mi misma para no tener que sentirme como ahora me siento.

Viene a mi mente la palabra “reciprocidad”, todos damos y hacemos cosas de las cuales estamos esperando reciprocidad aunque se diga que “se da sin esperar algo a cambio” y precisamente también viene al caso la frase de “trata a los demás como quieres que te traten”. Y no precisamente por querer algo a cambio de lo que se da sino que es lindo de pronto encontrarte en un lugar importante y trascendente para ese otro.

Por que aunque en toda relación, llámese de pareja, de amistad, etc; el objetivo no es “dar para recibir”, uno se esmera por darle un lugar al otro y detalles que se espera sean recíprocos porque viene siendo en extremo egoísta solo recibir los beneficios que esa persona me pueda proporcionar sin hacer que ella logre el beneficio de sentirse significativa.

No hay comentarios.: