lunes, mayo 21, 2007

De las cosas que suceden en un largo viaje

El sábado fuimos nuevamente mi novio y yo junto con su hermana y su respectivo novio a Mty a recoger mi vestido de graduación con los arreglos convenientes pa que me quedara excelente y asi verme yo bien bonis el día de mi graduación y si, a pesar de que nuestro viaje fué a la ciudad de Monterrey fué un viaje mounstruoso.
Al ir no se nos presentó ningún problema, ahora, ni siquiera nos perdimos como la vez anterior, lo bueno es que Carlos (novio de la hermana de mi novio) conoce mas o menios la ciudad e hizo las veces de nuestro guía.
Al regresar fué el caos teníamos la esperanza de que el embotellamiento observado al ir a Mty fluyera para cuando nosotros regresaramos pero oh! no, no fué así, al contrario estaba piorrrr tantito, las filas de coches apenas se movían sin que el velocímetro alcanzara a marcar una velocidad, parecía la típica película en la que el mundo está a punto de desaparecer y todos pretenden salir huyendo hacía alguna especia de refugio.
Al cabo de media hora el ánimo comenzaba a alterarse; yo en especial comencé a sufrir de mis reumas por tanto tiempo sentada, comenzaba a fastidiarme, de pronto nadie platicaba nada y eso provocaba todavía más tensión, Alhelí comenzó con el ruido nuevamente al gritar que le urgía un baño pero cómo hacerle si estábamos en medio de la nada, los niños bromeaban con que pidiera el sanitario a uno de los camiones que aguardaban junto con nosotros, pero ella seguía sufriendo la imperante necesidad de ir al baño; cambiamos de música una y mil veces, cantábamos, bailábamos e incluso mi novio pretendía extender mas allá de su coche la fiesta saludando amigablemente a una señora que se ofendió y le comunicó a su esposo que el tipo del coche siguiente estaba queriendo ligarla, el hombre casi se baja a golpear a mi novio, por Dios! si mi novio tiene buenos y delicados gustos.
Ya lo mejor que se nos ocurrió fué jugar basta, asaltamos la cajuela del carro de mi novio en busca de hojas y plumas y comenzamos el juego en el que resulté vencedora, por un buen rato controlamos el estrés pero era obvio que eso no ayudaría por mucho tiempo; hablamos a nuestras respectivas casas para avisar lo sucedido y no fueran a formularse sospechas distorsionadas.
Al fin conseguimos un baño en un restaurante de la carretera, mi novio mandó a su hermana con su novio y mil recomendaciones las cuales no fueron necesarias porque no avanzamos ni medio centímetro para cuando ellos regresaron.
Asi pasaron laaargas cuatro horas para cuando llegamos a nuestras casas con la mala noticia de que el carro de Carlos estaba ponchado jaja eso es tener mala suerte, ya sin ganas de salir apenas logramos ir a cenar y retacharnos a nuestras casas a descansar.

No hay comentarios.: