miércoles, diciembre 06, 2006

Extra

Hace tantito más de 3 años no presentaba un examen extraordinario; esta vez, no fué por promedio sino por una falta que por despistada me pusieron sin merecer.
Fué más frustrante y vergonzoso que si hubiera sido por cuestiones académicas y no por mi imprudencia, estoy enojadísima conmigo misma.
Anoche llegué a mi casa, cansada, con seis cervezas encima, mi sistema nervioso un tanto alterado, mi ánimo luchando entre la euforia y la depresión y así me puse a estudiar, dormí 4 horas y otra vez a seguir con la antología; la psicología del trabajo es interesante pero no es mi fuerte, el contenido era fácil de comprender, creo que si aprendí y estaba confiada en que obtendría una buena calificación hasta las 5 pm.
Ya en el examen con las primeras tres preguntas abiertas cambié de opinión. Lo más frustrante es que si estudié, da impotencia saber que sabes pero no sabes.
Para mitigar mi frustración corrí a casa de mi abue, digo no somos las mejores nieta-abuela que se adoran y no pueden vivir una sin la otra pero siempre que puedo y me siento como hoy corro a su casa porque cuando llego, la veo y platico con ella, las cosas cambian: una taza de café en casa de mi abuela siempre es reconfortante, además de que mi abue no es como cualquier abue; ella y yo nos hechamos la botana a gusto del que no está y también del que está.
Yaaa no quiero saber nada de la escuela, gracias a Dios las vacaciones empiezan.
Hace friiiiiooooo y apenas empieza.

No hay comentarios.: