martes, abril 10, 2007

Sábado 31 de Marzo

Fué el momento...

para aclarar las cosas, para mostrar mis múltiples inconformidades, para decir lo mal que me había estado sintiendo con la situación de la no-relación. No era que no la disfrutara era que no la quería así, no así; los momentos buenos eran maravillosos, los momentos malos eran nefastos por que ambos huiamos.

A veces quería pelear, quería gritar y salirme de mi misma, quería un conflicto, una discusión para luego abrazarnos y contenernos uno al otro y todo volviera a la normalidad pero sabía que ese tipo de escenas no cabían en la no-relación y me aguantaba cuanto podía.
El sabado tenía miedo si, pero estaba decidida a ponerle fin a lo que noche a noche me robaba el sueño y una vez que lograba conciliarlo, lo invadía.

No sabía lo que iba a pasar, no esperaba que pasara nada; tantas veces esperando me hicieron hacerme a la idea de que esta vez sería "diferente", algo cambiaría, algo no volvería a ser lo que era.

Los planes con los amigos comenzaban a desmoronarse, el licenciado me invitó a cenar en su casa con su familia, titubeé pero como casi siempre accedí. Llegué puntual como siempre y estuvimos completos, la gente amable como siempre me hizo sentir a gusto aunque yo no dejaba de sentirme "extraña", estuve todo el tiempo enfrente de Luis Edgar quien, en frecuentes ocasiones, me hizo conciente la hostilidad que desplazaba hacia el y es que yo suelo ser asi, muy sutilmente puedo ser altamente hiriente, la mayoría de las veces sin querer o mejor dicho queriendo pero no concientemente.

Su idea era hablar ahí, en su territorio, en el cual obviamente yo no me sentía segura y opté por correr a un terreno mas familiar, mi casa.
Una vez ahí era imposible evitar la conversación lo cual, por supuesto, ninguno de ambos quería.
Pude con mucha tranquilidad y paciencia hablar, incluso en algunas ocasiones el me ayudó a encontrar las palabras adecuadas.
Repito, yo no esperaba lo que minutos después salió de su boca; una petición para comenzar una relación formal, algo que un tiempo atrás si esperaba. Sus palabras fueron muy lindas y convincentes asi que con miedo y todo accedí ante la aseveración de que me daría la seguridad que necesito; que ambos haríamos lo posible por que esto funcione.
De verdad deseo que las cosas funcionen y resulten como esperamos ambos, quiero mucho mucho a ese tipo y aunque es cierto que algunas cosas no me gustan de el existen otras tantas que logran mermar las anteriores.
Lo bueno de estos días: que las circunstancias nos han permitido compartir cosas que antes no.
Lo malo: que mi, ahora, novio esta muy ocupado con asuntos de su graduación y su tiempo es muy poco para mi.
Lo que espero: que pronto pase esto para que yo pueda disfrutar de su presencia por mas y mejor tiempo...

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