martes, enero 16, 2007

Y sigo, trato, intento, ¿lo conseguiré?... quién sabe

Empiezo, otra vez, un nuevo año, un nuevo semestre.
No ha pintado del todo bien, cosas prometen ser buenas, otras no tanto.
Me dió gusto volver al hospital y a la escuela, extrañaba a mis compañeros de trabajo y a mis amigos ni se diga; Ale cumplió años, la festejamos, nos la pasamos muy bien; en el hospital me recibieron excelentemente, con muchos abrazos y buenos deseos, quesque se me extrañaba y me eleva mucho la autoestima que me lo hagan saber.
Los abrazos y las muestras de cariño son mi debilidad, claro que no soy fácil ni mucho menos. A las personas que quiero las abrazo mucho y muy fuerte, siempre he creido que los abrazos fuertes son mas significativos y terapeúticos. También he llegado a pensar que mi carencia de afecto ha hecho que para mi los abrazos sean tan especiales y tal vez sea por esta razón que los utilice tanto, quizá, buscando una reciprocidad.
Mis planes se ven más reales, más palpables, sin embargo las piedras aparecen, ¿que me incomoda? si, si me incomoda, me frustra y me deprime muchísmo, tal vez si hubiese algún apoyo pero resulta que el destino conspira en mi contra para que, justo todo lo que está a mi alrededor se volteé y no exista, en este momento, algo estable.
La escuela se va acomodando poco a poco, me esta gustando porque parece ser un semestre muy interesante, me han tocado buenos maestros, en especial uno que parece psiquiatra guapo salido de una película de Hollywood, los demas aunque no parezcan actores ni esten guapos son buenos jaja además un horario aceptable.
Pues continuaré, y como dice el dicho: "Lo que no te mata te hace más fuerte"
ESPERARÉ (ya me quiero irrrrr)

1 comentario:

Vicky ZR dijo...

Aquí lo interesante sería saber por qué el ansia de irte...

Me permitiré escribirte un fragmento del capítulo cinco del libro de OSHO "El libro de la nada" ... y dice:

EL MUNDO EXISTE DEBIDO A TÍ; tú lo creas, eres su creador.

Cada ser crea un mundo alrededor de sí mismo, el cual depende de su mente. La mente puede que sea una ilusión, pero es creativa; crea sueños. Y depende de tí si creas un cielo o un infierno.

Aunque dejes este mundo no te será posible abandonarlo. Donde sea que vayas volverás a crear el mismo mundo, porque el mundo brota constantemente de ti, como las hojas brotan del árbol.

Vosotros no vivís en el mismo mundo, no podéis porque vuestras mentes no son iguales. Tú puedes estar viviendo en el infierno y el que está justo a tu lado puede estar viviendo en el cielo; ¿acaso crees que vivís en el mismo mundo? ¿cómo vais a vivir en el mismo mundo si vuestras mentes son diferentes?

Así que lo primero que hay que entender es que no se puede abandonar el mundo a no ser que la mente desaparezca. Ambos están relacionados, dependen el uno del otro, forman un círculo vicioso. Si la mente está ahí... Y una mente es siempre una mente particular. Cuando la mente deja de ser una mente particular, cuando se convierte en Mente con mayúscula, ya no es una mente, se convierte en consciencia. Una mente es siempre una mente particular y desprende un aroma particular a su alrededor, que es tu mundo.

La mente crea al mundo, luego el mundo crea a la mente y la ayuda a permanecer como tal. Este es el círculo vicioso. Pero el origen está en la mente; el mundo es sólo una consecuencia.

La mente es substancial; el mundo es sólo su sombra. Y uno no puede deshacerse de su sombra, pero eso es lo que toda la gente trata de hacer.

Si esta mujer no encaja contigo, tú piensas que otra encajará. Tratas de cambiar el mundo, pero tú sigues siendo el msimo. Convertirás a la próxima mujer en una réplica exacta de la anterior. Volverás a crear, porque la mujer será sólo una pantalla.

Y te sorprenderás: la gente que se ha casado muchas veces tiene una experiencia realmente extraña. Una persona que se ha casado diez veces reconoce el hecho de que: "¿Cómo es que siempre me ocurre lo mismo? ¿Cómo es que en un mundo tan enorme siempre me encuentro con el mismo tipo de mujer? ¡Parece imposible hasta por casualidad!, ¡una y otra vez!"

El problema no es la mujer, el problema es la mente. La mente vuelve a ser atraída por el mismo tipo de mujer, y otra vez crea la misma relación; se vuelve a encontrar con el mismo lío y el msimo infierno.

Y lo mismo ocurre con todo lo que haces. ¿Crees que serías más feliz si vivieras en un palacio? ¡Te equivocas! ¿quién es el que va a vivir en el palacio? Serás tú quien viva allí. Y si no eres capaz de ser feliz en una cabaña, tampoco serás feliz en un palacio. ¿Quién va a vivir en el palacio? Los palacios no existen fuera de tí.

Si puedes ser feliz viviendo en una cabaña, podrás ser feliz viviendo en un palacio, porque quien crea el mundo a tu alrededor eres tú. De otra forma, al igual que te disgusta la cabaña, te disgustará el palacio; aún más, porque será más grande. Será un infierno, exactamente igual; con más decoración, pero un infierno decorado no es el cielo. Y aun si te meten a la fuerza en el cielo tratarás de encontrar una salida o allí mismo crearás tu infierno.

He oído una historia acerca de un hombre que murió; era modisto, un gran hombre de negocios. Y de alguna forma, por algún error, entró en el cielo. Allí se encontró a su socio. Al socio se le veía tan triste como en la Tierra. Así que le preguntó:

"¿Qué pasa? ¿cómo es que se te ve tan infeliz estando en el cielo?"

El socio le respondió: "esto está bien, pero yo personlamente prefiero Miami".

Y él también llegó a esta conclusión a los pocos días. Así que volvieron a hacerse socios y se propusieron abrir otra empresa. Y ocurrirá lo mosmo en cualquier parte que vayas, porque tú eres el mundo. Tú creas un mudno alrededor tuyo, y luego el mundo ayuda a la mente que lo ha creado. El hijo ayuda al padre, el hijo ayuda a la madre, la sombra ayuda a lo que la mantiene; y así la mente se refuerza y de nuevo vuelves a crear el mismo mundo sobre las mismas bases. ¿Por dónde empezar la transformación? ¿cómo cambiar?

SI MIRAS, la primera mirada te dirá que cambies el mundo, porque es lo más obvio a tu alrededor. ¡Cámbialo! Y eso es lo que has estado haciendo durante vidas: cambiando constantemente el mundo, cambiando esto y lo de más allá, cambiando de casas, de cuerpos, de mujeres, de amigos; cambiando pero sin darte cuenta nunca del hecho de que sigues igual, ¿cómo vas a cambiar el mundo así?

A eso se debe que se haya creado una fasa tradición de renunciación en todo el mundo. Deja tu hogar y vete a un monasterio. Huye de lo mundano y vete a los Himalayas. ¡Huye del mundo! Es muy fácil irse a los Himalayas, pero ¿cómo vas a huir de tí mismo? Allí volverás a crear el mismo mundo; exactamente el mismo. Puede que esta vez sea en miniatura, puede que no sea a tran gran escala, pero volverás a hacer lo mismo. Tú eres el mismo, ¿cómo vas a hacer algo diferente?